La plegaria de la Reina

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La plegaria de la Reina
Redactor-BH
Muerto Fernando IV, hereda el trono Alfonso XI, conocido como el Rey niño por su corta edad. Su madre...
Constanza de Portugal

Muerto Fernando IV, hereda el trono Alfonso XI, conocido como el Rey niño por su corta edad. Su madre Doña Constanza es la encargada de su custodia, educación y asume la regencia, tanto en cuanto Alfonso XI no alcance la mayoría de edad.

Corren tiempos difíciles para ellos, siendo perseguidos por sus enemigos (Don Diego Ramírez y el Comendador Lorenzana, entre otros). En su huída llegan a la ciudad de León y cuenta la leyenda que se refugian en una casa del Barrio de San Martín.

Algunos de sus enemigos se enteran y tratan de seguir sus pasos y localizar el refugio del Rey niño y su madre en León. Doña Constanza trae muy poco séquito, entre las que se cuenta su doncella Beatriz.

La víspera de Viernes Santo del año 1313, el Infante Alfonso y el escudero de la reina salen de su casa, dicen que por la calle Escuderos. Cuentan que a la salida de la calle se encuentran con dos de sus más temidos enemigos: el Comendador Lorenzana y Diego Ramírez. No median palabras y si, el ruido de las espadas.

El infante lograr huir y se entabla una batalla en la que no se sabe bien lo que pasa, ni el resultado de la misma. Por las calles corre la noticia de tan encarnizada lucha y de la duda del resultado. ¿ Qué había pasado con el Rey niño ?

Al día siguiente en la procesión de Viernes Santo, sale la Virgen por la puerta principal de la Iglesia de San Martín, en dirección a la conocida Plaza de las Tiendas (hoy Plaza de San Martín). Cuando comienza a avanzar la procesión, cuentan que una mujer, vestida de luto y envuelta en lágrimas se arrodilla frente al paso de la Virgen Dolorosa y le dirige una plegaria desesperada y maternal.

Era Doña Constanza, madre de Alfonso XI (el Rey niño) que le pide a la Virgen que no le haya pasado nada. La gente se quedó perpleja y asombrada, y por eso desde entonces a esa calle, que une la Plaza de San Martín con la Plaza Mayor, se la conoce como la calle Plegarias.

Doña Constanza, partió días después fuera de León, camino de Sahagún donde recibió noticias de que su hijo no había muerto.

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