La Infanta Isabel, más conocida popularmente como «La Chata», hizo su segundo viaje a León el 29 de Junio de 1914. La Infanta ya había estado en León en 1877, Hija primogénita de Isabel II y Francisco de Asís, por lo tanto hermana del Rey Alfonso XII, era conocida por su afabilidad y campechanía.
Para comenzar a sorprendernos, diremos que la citada Infanta vino a León en coche, en un largo periplo que estaba realizando por España a bordo de su automóvil. Largas jornadas en la carretera, no acababan con su gran espíritu aventurero y su amor por el pueblo de España.
Cuentan las crónicas, que su visita era tan esperada que el propio Gobernador Civil de León, por aquel entonces don Luis Ugarte, salió hasta el Puente de Villarente a darle la bienvenida. A pesar del día tan malo que hacía, una fuerte tormenta con lluvia a jarros, con rayos y truenos, cientos de leoneses no quisieron perderse tan Real acontecimiento.
Un dato curioso es que la Infanta no utilizó ningún tipo de residencia o palacio oficial, sino que se alojó en el Hotel París de la ciudad. Iba acompañada de un pequeño séquito entre los que podemos destacar su dama de Honor, Margot Bertrán de Lis y su secretario personal Alonso Coello de Portugal.
En el hall del hotel le esperaban las autoridades de la ciudad, entre las que se encontraba el Alcalde de León, por aquel entonces don Lucio García de Lomas, que en nombre de todos los presentes le hizo entrega de un ramo de flores y le dedicó unas breves palabras de bienvenida.
A pesar del día tan malo que hacía, la Infanta quiso empezar su visita a la ciudad de inmediato, y al igual que su hermano el Rey Alfonso XII, comenzó por los lugares más emblemáticos de la ciudad: la Catedral, la Basílica de San Isidoro, el Panteón Real y por último en esa jornada el Monasterio de San Marcos. Fue en este lugar donde cuentan los cronistas, que la tormenta alcanzaba su punto álgido y ante estos contratiempos climatológicos le propusieron dejar para otra jornada las visitas restantes.
Cual iba a ser la sorpresa de todo el mundo cuando sin pestañear la Infanta exclamó: ! Vamos a las Carbajalas ¡ Y todo el séquito se puso en marcha camino de la Plaza del Grano, con tan buena suerte que de camino al convento la tormenta comenzó a arreciar.
En la Plaza del Grano la esperaban cientos de leoneses, vitoreando y aplaudiendo a la Infanta y a todas las autoridades que la acompañaban (entre otros el Gobernador Civil, don Luis Ugarte, el Delegado de Hacienda don Felix de la Plaza, el Deán Catedralicio don Raimundo Vitorero, el prior don Ricardo Canseco, el capellán del convento don Esteban Eneriz y autoridades y personalidades destacadas de la sociedad leonesa.
Cabe destacar que tan contenta quedó de esta visita a la ciudad y al convento, que volvería a León poco tiempo después, el 8 de Julio de 1915.
Una triste noticia empañó su visita a León en esa jornada. Durante la cena que ofreció a las autoridades y personalidades de León, recibió un telegrama en el que se comunicaba la triste noticia del asesinato del Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria, el cual fue motivo de una de las peores guerras en Europa (y que por desgracia no sería la última en ese siglo). Este hecho fue el detonante que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Se suspendieron todos los actos previstos (una representación en el Teatro Principal de la ciudad), y al día siguiente partió camino de Galicia, visitando Astorga y Ponferrada.